Contra lo que parecía ser un dominio absoluto en los días previos por parte de Peugeot, Audi se llevó todo el podio en las 24 horas de Le Mans. El trío Timo Bernhard, Mike Rockenfeller y Romain Dumas, con el Audi número 9, ganó la prueba seguido por los otros dos monoplazas de la marca. El festejo comenzó a falta de una hora para el final de la carrera. Es que todos los Peugeot estaban fuera de carrera antes de tiempo. El último en caer fue el coche campeón, el de Alex Wurz, Marc Gené y Anthony Davidson, el que más intentaba pelear un lugar en el podio, pero la avería definitiva del motor los dejó fuera a falta de más de dos horas. Durante la noche ya había sentido una avería con Gené al volante y liderando la prueba, lo que obligó a una entrada para reparar el alternador y la cesión de 4 vueltas que relegó a Peugeot de la punta.
Fue la novena victoria de Audi en la última década. La fiabilidad de los R15 con motor TDi fue claramente superior a los FAB HDi de Peugeot, definiendo la prueba ante los daños que sufrieron en la segunda parte de la carrera los coches franceses.
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